Se trata de un trastorno neurobiológico y un fuerte componente genético que se inicia en la infancia y se caracteriza porque el niño o adolescente presenta dificultades para mantener la atención, exceso de movimiento e impulsividad, con posibles trastornos de conducta asociados, dificultad para controlar sus impulsos e inestabilidad emocional lo que produce desajustes en diversos ámbitos, social, familiar o escolar.
Se estima que lo padecen entre un 3 % y un 7 % de la población infanto - juvenil,lo que equivale aproximadamente a uno o dos niños por aula, siendo más frecuente en varones.
Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV): "Habitualmente, los síntomas empeoran en las situaciones que exigen una atención o un esfuerzo mental sostenidos o que carecen de atractivo o novedad intrínsecos (p. ej., escuchar al maestro en clase, hacer los deberes, escuchar o leer textos largos, o trabajar en tareas monótonas o repetitivas)".
Esta disfunción neurobiológica fue reconocida primero en la edad infantil. Sin embargo, en la medida en que fue mejor comprendida, se reconoció su carácter crónico, ya que persiste y se manifiesta más allá de la adolescencia. Los estudios de seguimiento a largo plazo han demostrado que entre el 60% y el 75% de los niños con TDAH continúa presentando los síntomas hasta la vida adulta.
Históricamente este trastorno ha recibido distintas caracterizaciones e innumerables denominaciones, ya que aunque nos resulte un trastorno novedoso, está catalogado y descrito desde 1902 por tratados de carácter médico.
Cabe agregar que el acrónimo inglés ADHD (Attention Deficit Hyperactivity Disorder) es ampliamente utilizado para referirse a este síndrome.
A continuación relatamos algunas de las principales técnicas a utilizar:
- Reforzamiento diferencial de conductas incompatibles con la hiperactividad (permanecer atento, ejecutar las tareas recomendadas ). Así, se puede reforzar la conducta atencional ( aprobándola y elogiándola ). También podemos reforzar el rendimiento escolar, incompatible con el movimiento excesivo mediante:
- Economía de fichas, que facilita la aplicación de reforzadores.
- Costo de respuestas, cuando el niño emite una conducta inadecuada.
- Entrenamiento y relajación, ya que la hipercinesia provoca tensión muscular